JUAN FRANCISCO ALONSO
EL UNIVERSAL
Casi seis años y más de 70 millardos de bolívares después, el edificio Metrolimpo de Chacao, adonde el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) desea mudar los juzgados civiles y mercantiles de Caracas; así como las cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo, está aún lejos de albergar alguna dependencia.
Así lo constató la Unidad de Auditoría Interna del máximo juzgado del país, la cual en su informe número TSJ-UAI-2.-2007-1337, de fecha 27 de julio de 2007, expresó su preocupación porque no se haya logrado culminar la estructura, ubicada en la avenida Francisco de Miranda, pese a la constante inyección de fondos.
"Es importante acotar que desde su adquisición en el año 2001, al edificio Metrolimpo se le han realizado inversiones por el orden de 69,9 millardos de bolívares (sin incluir el costo de la adquisición del inmueble). Llama a la reflexión el hecho cierto de que a la fecha aún no se ha logrado el objetivo inicialmente propuesto y continúan asignándosele recursos presupuestarios para la habilitación de la edificación", señaló el auditor encargado del TSJ, Jesús Toledo Sánchez, en su reporte.
Sobre el avance de las obras que en octubre de 2006 el anterior director Ejecutivo de la Magistratura, magistrado Marcos Tulio Dugarte (Sala Constitucional), le adjudicó, sin licitación, a la empresa Bilantar, por un monto de 39,2 millardos de bolívares para seguir con la adecuación de la torre, la auditoría encontró "un avance de ejecución física correspondiente a 4,25%".
Asimismo observó que estos escasos resultados se consiguieron después de nueve meses, un mes más de lo originalmente previsto.
Meses antes, al asumir las riendas de la institución que administra los fondos del Poder Judicial, en sustitución del defenestrado Luis Velázquez Alvaray, Dugarte hizo una promesa similar y afirmó que el edificio estaría listo a finales de 2006, lo cual evidentemente tampoco cumplió y nunca explicó el por qué.
Sin embargo, estos anuncios no fueron exclusivos de la gestión anterior, pues también durante la administración de la magistrada de la Sala Político Administrativa, Yolanda Jaimes Guerrero (2004-2005), se hicieron promesas similares, en al menos dos ocasiones, con resultados iguales.
A finales de 2004, el entonces presidente del TSJ y actual embajador de Venezuela en el Vaticano, Iván Rincón Urdaneta, también cayó en la tentación de ponerle fecha final a las obras del edificio de Chacao y aseguró que en 2005 en la torre José María Vargas, ubicada en la esquina de Pajaritos, no quedaría ningún juzgado. Dos años después, en esa estructura, cuya seguridad ha sido puesta en duda en varias ocasiones por los cuerpos de seguridad, continúan laborando los juzgados civiles de la capital.
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