Kenna Narváez M.
Fotos: Saúl Uzcátegui
Ante la expectativa, los asistentes de primera fila coreaban: “Patria, trabajo o muerte” mientras una de las asistentes explicaba: “es que si no nos dejan trabajar nos morimos de hambre, no creemos en becas ni micro créditos, eso no nos alcanza para nada. Nosotros queremos trabajar”
La alcaldía propone 15 días de diálogo y tres meses sucesivos para buscar posibles soluciones, pero exigen a los buhoneros respeten el decreto de la alcaldía y no intenten volver a ocupar los espacios del casco histórico ni sus alrededores.
Zambrano fue enfático con la decisión de que no habrá nuevos empadronamientos en la zona, y que no permitirán que vuelvan a tomar el lugar, defendió la idea de las becas y asegura que con los comerciantes informales de sabana Grande ha funcionado esta táctica.
Los asistentes comenzaron a tornar sus rostros un tanto incrédulos, mientras que otra representante de la alcaldía, Anaís Bolívar, les explicaba que al Centro Comercial ofrecido en Quinta Crespo sólo le faltan dos meses para terminarlo, que el de Sabana Grande (ofrecido desde hace más de dos años) le terminarían en Mayo y que el Centro Comercial de San Martín ya está casi listo. Un abucheo ahogado se pudo sentir en el lugar, pues la chica insistía que en cuanto más rápido se tomase una determinación mas rápido verían las soluciones y les repetía que este era un gobierno que quería luchar por la justicia social, el socialismo y construir con ellos sus sueños.
“Al presidente que no se le olvide, que fuimos nosotros, los buhoneros, quienes lo salvamos aquella noche cuando creyó que lo iban a matar, no es posible que ese día éramos lo mejor y que ahora le estorbemos, ahora somos malos, ahora quieren meternos en cualquier lugar inhumano”, vociferaba un comerciante informal de San Martín. Pero filas más adelante, Nelly Cedeño, perteneciente al sindicato Sutrandeca, y coordinadora de una cuadra, afirmaba que estaba declarada con el presidente Chávez, y que no estaba de acuerdo con que la gente le muerda la mano a quien le da de comer, aunque a su vez espetaba que definitivamente una bequita de 600 mil bolívares no le era suficiente ni para pagar el alquiler.
Mientras tanto Antonio Blanco, coordinador de una cuadra de San Martín, acota y concluye que la economía informal, no es más que el reflejo de una mala gestión administrativa. “ Uno hace el esfuerzo de trabajar porque tiene moral, si no todos seríamos choros. Esto es culpa del Estado y sus malas políticas. Si tuviésemos distintas fuentes de trabajo formal, con beneficios, no tendríamos la necesidad de estar en la calle pasando trabajo, pero los entes del gobierno sólo están pensando en robarse los reales” y aprovechó para preguntarse qué había ocurrido con el centro comercial que les estaban construyendo en El Calvario “¿será que se veía demasiado feo frente a Miraflores?”
Historia de mafiosos
En cuanto a la aseveración realizada por Bernal, los buhoneros parecen concientes de que no pueden tapar el sol con un dedo, aceptan que si se realizan irregularidades en la calle, pero piden no ser juzgados justos por pecadores. Aseguran que la supervisión debe ser responsabilidad del Estado, de la Alcaldía específicamente, que ellos sólo son madres y padres que lo que quieren es trabajar y por supuesto mucho mejor si no es bajo el sol y la lluvia.
No me dejaron pasar
“Hasta para ir al baño en este gobierno necesitas de una credencial yo la tengo y aún así no me dejaron pasar” asegura Luis Juan, quien dice ser coordinador de una cuadra paralela en Quinta Crespo. Asegura que lo que quiere es ser escuchado, y que han presentado cuanto proyecto han podido desde hace 8 años y nunca han tenido respuesta. Por eso ante la propuesta del alcalde sólo le presenta una respuesta: “Debe temerse más a un pueblo con hambre que a un pueblo armado”
Fuente: TAL CUAL DIGITAL