3 de octubre 2014 - 12:01 am
La noticia de ayer es una noticia terrible, lamentable. Han
asesinado en su casa al diputado Robert Serra y a su pareja. Según las
primeras informaciones, ella fue apuñaleada y él, abaleado. El cadáver
de ella yacía en la planta baja, el de él, en la planta alta.
De
inmediato se apersonaron en su residencia autoridades del gobierno,
empezando por el ministro de Interior, Justicia y Paz, el general Miguel
Rodríguez Torres. Declaró –así se le cita en Últimas Noticias–:
“Pido a los venezolanos tener calma en esta difícil hora”.
Nos llamó la
atención leer esto porque la hora difícil es para todos los
venezolanos, todos los días. Pero luego, ampliando la información,
entiendo que él pidió calma para los militantes del PSUV que se
apersonaron ayer frente de la residencia de Serra.
¿Cómo interpretan sus compañeros de partido y de causa el asesinato? Hay algunas reacciones que llaman la atención.
Delcy
Rodríguez: “Desde el alma del pueblo noble de Bolívar y Chávez
acompañamos a sus familiares, amigos, compañeros de lucha, joven soldado
de la patria. Honor y gloria”. Ernesto Villegas: “Honor y gloria al
camarada Robert Serra, cobardemente asesinado junto a joven venezolana.
Rabia y tristeza en dolor mayor. Paz con justicia”, María Gabriela
Chávez: “No podrán con nosotros, descansa en paz Robert, nosotros
seguiremos luchando como nuestro Gigante, como tú hasta nuestro último
suspiro”. Jorge Arreaza: “Robert, hermano, seguiremos contigo sembrando
vida y esperanza. Robert, camarada, en nuestras manos llevamos tu
llamarada”. Andrés Eloy Méndez: “Robert Serra, hermano de camino y
lucha, estando en pleno combate con la guerra económica te arrebatan la
vida. Qué indignación. Honro tu ejemplo”. Mari Pili Hernández: “El
fascismo no busca matar a un chavista, lo que en realidad quieren es
matar la PAZ que Nicolás Maduro ha promovido desde que es presidente”.
¡Mari Pili, por favor! A Robert Serra lo asesinó el fascismo, según Mari Pili Hernández.
Pero
dejemos de lado esta cursi y panfletaria retórica ideological. La
muerte de Serra es lamentable porque es una más, una más entre tantas
muertes que nos deja la violencia diariamente.
Ayer en el 2001, en primera página, está la foto de Serra, pero también: “Cuatro muertos por tiroteo en Guatire”. En el Correo del Caroní, en Ciudad Guayana: “Atracos nocturnos siembran terror en las clínicas de Guayana”. En La Voz, Guarenas: “Combatir inseguridad pidieron en Higuerote”. En La Región, Los Teques: “Capturan a sargento tras robar camión en el kilómetro 50 de la ARC”. En El Impulso, Barquisimeto: “63 homicidios en septiembre”. El Nacional,
en Caracas: “En septiembre hubo 425 muertes violentas. Es el tercer mes
del año con más decesos a causa del auge delictivo en la capital”.
Por
ello es lamentable la muerte del diputado, porque forma parte de estas
muertes de la violencia, de esa paz que no tenemos los venezolanos.
Hay
una macabra casualidad en el hecho de que Robert Serra haya sido
asesinado justo el día en que Mónica Spear cumpliría años. Mónica
estaría cumpliendo el miércoles 30 años. Y Mónica fue también víctima de
esta espantosa violencia. Solamente recordamos, con mucho pesar, las
palabras del diputado Serra en la Asamblea Nacional a propósito de la
muerte de Mónica: “¿Quién la manda a andar por carretera de noche?”.
Lo terrible es que al diputado le han asesinado en su casa, no en una carretera.