Con 99,62% de las mesas escrutadas, el
Tribunal Supremo Electoral anunció que la mandataria ganó la segunda
vuelta de las elecciones, con 51,6% de los votos. El líder opositor,
Aécio Neves,obtuvo 48,4% de los sufragios
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue reelecta para un segundo mandato en Brasil.
Con
99,62% de las mesas escrutadas, el Tribunal Supremo Electoral anunció
que la mandataria ganó la segunda vuelta de las elecciones, con 51,6% de
los votos. El líder opositor, Aécio Neves,obtuvo 48,4% de los
sufragios.
La victoria de Rousseff extenderá el poder del Partido de los Trabajadores, que ha ocupado la presidencia desde 2003.
En
la última década los gobiernos auspiciaron programas sociales que
ayudaron a sacar a millones de brasileños de la pobreza y robustecieron
la clase media.
La elección arrojó los resultados más cercanos
desde el retorno de la democracia a Brasil después del fin de la
dictadura militar en 1985. Hace tres semanas, los dos resultaron en
primero y segundo lugar en los comicios de primera vuelta.
Rousseff
apostó a que la gratitud de los brasileños por un decenio de progreso
podría más que sus temores ante un escenario económico incierto. Neves
aseguraba que de ganar las elecciones presidenciales mantendría todos
los programas sociales.
Ambos llegaron casi empatados al final de una campaña enconada y llena de altibajos.
Los que apoyaron a Rousseff afirmaron que sólo ella continuaría con los compromisos sociales que beneficiaron a los pobres.
“Nos
esforzamos tanto para mejorar la vida de las personas que no vamos a
dejar que nada en este mundo, ni la crisis, ni el pesimismo les quite lo
que conquistaron'', dijo Rousseff antes de votar en la ciudad de Porto
Alegre. ``Brasil ha cambiado para mejorar la vida de las personas'',
agregó.
La contienda fue candente e impredecible. Rumbo a los
comicios de primera vuelta, un accidente aéreo que mató a un candidato
lanzó a la sucesora Marina Silva por momentos al primer lugar en
sondeos. Luego los resultados de la primera ronda de Neves, senador y ex
gobernador del estado de Minas Gerais, sorprendieron y unificaron a la
oposición.
La división entre los dos candidatos fue clara en las
últimas tres semanas de la campaña. Analistas dicen que la elección
presentó un dilema de escoger darle continuidad a programas de inclusión
social con Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), o abrir paso
a un nuevo proyecto macroeconómico favorable al mercado para alentar el
crecimiento con Neves, del Partido de la Social Democracia.
Durante
la última década, el PT encabezó una profunda transformación en Brasil
al ampliar programas de bienestar social que ayudaron a sacar a 40
millones de personas a escalar de la pobreza a la clase media.
Sin
embargo, en los últimos cuatro años, bajo el gobierno de Rousseff, el
país padeció un crecimiento económico débil y entró en recesión.
Luego
Neves recibió críticas por un escándalo de corrupción dentro de la
petrolera paraestatal Petrobras donde un ex ejecutivo involucrado
testificó que el PT recibió dinero por sobornos. Rousseff niega haber
conocido del esquema y repitió constantemente a los brasileños que votar
por Neves sería un “retroceso'' a la era en que Brasil registraba altos
índices de inflación y desempleo.