- THABATA MOLINA 10 de noviembre 2012 - 11:22 pm
Jimena Araya se niega a hablar de su supuesta relación con “el Niño Guerrero”, y aseguró que antes de estar presa jamás había ido a una prisión. Explicó que se entregó voluntariamente para afrontar el juicio en su contra
Cuando de hablar de su caso se trata, Jimena Araya entra en personaje: se pone cabizbaja, entristece la mirada y quiebra el tono de la voz. Según ella, es la víctima de todo lo que se ha dicho en relación con su supuesta vinculación con Héctor Guerrero, mejor conocido como “el Niño Guerrero”, quien se escapó de la cárcel de Tocorón el 30 de agosto pasado.
Ella no lo menciona. No quiere hablar del proceso judicial que se sigue en su contra ni de su imputación por fuga de detenido, en grado de cooperadora. Se niega no porque exista alguna orden del Tribunal 2° de Control de Maracay, sino por decisión propia, como medida de colaboración con la justicia venezolana en la que tanto confía, como lo dice una y otra vez.
Cuando “Rosita” por fin accede a dar la entrevista, Gerson Pérez, que se autodenomina primer vicepresidente del partido Podemos, se sienta a un lado.
Al final, serán las investigaciones que realice el Ministerio Público las que aclaren al país si la actriz que se hizo famosa con su personaje de “Rosita” en el programa A que te ríes es culpable de ayudar a fugarse al pran de la cárcel aragüeña.
–¿Cómo fueron esos 10 días en prisión? ¿Se entregó voluntariamente o la policía la consiguió?
(Ella se entregó voluntariamente, interrumpe Gerson Pérez).
—Aclarando todas esas conjeturas que se han dicho, yo desde un principio decidí entregarme, por ciertas situaciones que prefiero no tocar. Esta experiencia de estar 10 días detenida no fue nada agradable. Injustamente, pero hasta que al fin venció la verdad. Creo en la justicia venezolana y estoy súper agradecida con todos los fans y la gente que me ha apoyado, con mi partido político Podemos.
–¿Se negoció su entrega?
–Nada de eso, no se negoció. Yo no hablé con nadie. Tomé la decisión de entregarme, llamé a mi abogada y ella se apersonó. Se hizo toda la gestión para afrontar y salir de todo ese problema. No se había podido hacer antes por cuestiones que prefiero no tocar.
–¿Se sintió presionada por lo que se dijo en los medios?
–Sí, claro que sí. Sobre todo la destrucción tan terrible que se dio en los medios de comunicación, porque nadie sabe realmente la verdad de lo que yo viví ni la raíz del problema. Esa parte me afectó muchísimo, de hecho bajé casi 7 kilos.
–¿Por qué se entregó en Carabobo?
–Porque estaba allí. Yo en todo ese tiempo no tuve comunicación con nadie.
–¿Cómo fueron esos 10 días tras las rejas?
–Se especuló que tuve prioridad en el traslado al Palacio de Justicia; para nada. Fui tratada como una imputada normal. Me llevaron a los calabozos a las 5:30 am y estuve allí hasta la 1:00 pm, cuando fue mi audiencia. Después que dieron la medida cautelar, mientras se hacía la gestión de los fiadores, me mandaron al centro de reclusión de Cuartelito. Gracias a Dios que cuando llegué mis compañeras de celda me invitaron a que me sentara, ya sabían que iba para allá, me reconocieron de inmediato. La rutina era: de 5:00 a 6:00 am nos abrían la reja para irnos a bañar, y de 5:00 a 6:00 pm era la segunda hora por si acaso uno quería salir al baño. Fueron unos días muy duros. Creo que para cualquier ser humano no es fácil estar encerrado, pasar calor, pasar hambre.
–¿Esta situación perjudicará su carrera?
–Como todo, hay un lado positivo y otro negativo. A nadie le va a gustar ser recordado porque en una etapa de su vida estuvo presa, que estuvo solicitada, es una situación bastante desagradable, pero decidí afrontarlo con mi frente bien en alto y aquí estoy para demostrarle al mundo que soy inocente y que he vencido la mentira, ha triunfado la verdad.
–¿Conoce la cárcel de Tocorón?
–No conozco la cárcel de Tocorón. Prefiero no hablar nada de eso.
–Se lo pregunto porque salió una foto de su cédula donde colocan los documentos de identidad de las visitantes.
–Es un montaje, porque uno no sale en la cédula riéndose. Ahí te la dejo.
En seguida Gerson Pérez señala que la foto en la que Araya sale con un joven armado fue tomada en un evento que ella animó en Mérida y que el arma que tenía el joven era de juguete.
–¿No conoce Tocorón ni otra cárcel?
–No.
–¿Por qué cree que se le involucra en un escándalo de este tipo?
–Ni idea. Quisiera saberlo, pero mejor es permanecer callada. El tiempo de Dios es perfecto. Existe una justicia divina y para eso se está haciendo el proceso de investigación. Así yo podré continuar con mi vida normal.
–¿Por qué rechazaban los fiadores en el juzgado?
–Por cualquier cosa, con cualquier excusa. No te sabría decir porque esa información la tiene la abogada y no podemos darla. No los aceptaban porque ha existido mucho ensañamiento, mucha gente que no quería que estuviese en libertad.
–¿A los tres fiadores que admitieron usted los conoce?
–Sí. Son empresarios.
–¿Cree que el tribunal acceda a la apelación y revoque la medida de prohibición de salida de Aragua a pesar de que estuvo prófuga un mes?
–Te dije desde un principio que no quería hablar más de la situación del caso. No voy a dar ningún tipo de explicación. En realidad ni tú ni nadie sabe cuáles fueron las causas.
–¿Tiene algún tipo de formación en derechos humanos?
–En todo este tiempo que estuve ahí, esos 11 días, pude constatar que hay mucha gente inocente ahí y ese es el propósito del porqué se me está dando la oportunidad de participar en la dirección de derechos humanos del partido en Aragua. No he hecho ningún estudio, pero la vivencia es suficiente.
–¿Temió que esta situación acabara con su carrera?
–Es que de alguna u otra forma lo han hecho ustedes, los medios de comunicación. Así como se encargan de enaltecer a un artista, se encargan de destruirlo por completo.
–¿La favorecerán en el proceso judicial sólo por militar en Podemos?
–Tengo cuatro meses militando en el partido. Estoy con ellos desde mucho antes de que comenzara todo el problema. .
–¿Qué cambió en Jimena Araya después de estar detenida?
–De verdad que me siento dolida. Me siento decepcionada de ver la maldad de la gente. Pero no importa, estoy más fuerte que nunca y para seguir afrontando todo lo que se venga.
