diciembre 10, 2011 8:13 am
Aquí los crudos detalles del hecho que conmocionó a toda la población nacional, reseñados por La Verdad. Un despecho lésbico terminó con un niño muerto y torturado. La población quemó varios comercios y los empresarios cerraron santamarías. La Policía científica tiembla
Por órdenes superiores y para que no viciara las investigaciones. Por eso destituyeron ayer al jefe de la Policía científica en el estado Portuguesa, comisario Carlos Gárate, según una publicación del diario El Universal.
El periódico de circulación nacional informó que, según las fuentes consultadas en la Policía científica, el comisario quedó a la orden de Recursos Humanos y su remoción tiene vínculo directo con el homicidio del niño de cinco años y sus involucrados.
El crimen del infante, que se registró el jueves 1 de diciembre generó, además de destituciones, fuertes disturbios, manifestaciones callejeras y hasta saqueos en los comercios del casco central de Guanare, en esa entidad llanera.
Los detalles del caso provocan el estupor en más de uno. Las autoridades forenses determinaron que el pequeño sufrió un paro cardiorespiratorio y tenía peritonitis. El cuerpo presentó quemaduras de segundo y tercer grado de vieja data en los genitales y áreas íntimas. Un análisis rectal arrojó lesiones provocadas por abuso sexual y tenía hematomas en las extremidades y otras partes del cuerpo.
El niño, que ingresó a las 3.00 de la tarde de ese día a una clínica privada, no podía respirar y entre los balbuceos y gritos llegó a decir que se estaba muriendo.
Datos
Gellikneth González Quevedo (30) vivía en Guanare con su madre y sus hermanas menores y sostenía una fuerte amistad con Anney del Carmen Montilla Oropeza (25). Desde hace unos años se fue al estado Nueva Esparta a trabajar y se llevó a su niño. Más tarde le consiguió empleo a Anney y entre las dos cuidaban al menor.
En septiembre Anney regresó a Portuguesa y, a pesar de que la abuela del menor vive en esa ciudad, Gellikneth prefirió que su amiga se hiciera cargo de él hasta diciembre, cuando regresaría definitivamente a Portuguesa.
Al niño lo cuidaba Anney y su madre, Valentina del Carmen Oropeza de Montilla (50). La abuela del menor, que se oponía a la relación entre Anney y su hija, no podía verlo y sostenía fuertes discusiones vía telefónica con su hija.
El diario Última Hora, de Portuguesa, reseñó que la abuela solo pudo verlo dos veces desde septiembre. No le gustaba que Anney lo cuidara porque “tenía pinta de macho” y le reprochaba a su hija que se dejara golpear de esa mujer.
El 1 de diciembre el niño llegó al hospital. Yuré Hernández, enfermero amigo de las Oropeza, lo llevó al hospital porque no podía curar las heridas que tenía el niño después de, presuntamente, haberse caído de una moto. El médico que atendió al menor, al escuchar varias versiones de los involucrados, llamó a la Policía. Cuando trató de atender al pequeño, murió.
Las autoridades detuvieron a todos los presentes en el hospital: Yuré Hernández, Valentina Oropeza, Anney Montilla y Doris Oropeza. Mientras el niño agonizaba en el centro asistencial, las mujeres le avisaban vía telefónica a su madre, Gellikneth, y esta mantenía al tanto a su madre, que también estaba en Guanare.
En horas de la noche la abuela del niño llegó a la morgue. Cuando le dijeron que el menor tenía heridas de tortura de vieja data, que habría recibido una golpiza unas horas antes y que sufrió abuso sexual por varios meses, se desmayó. Un día después llegó Gellikneth y la Policía científica la detuvo junto con los otros cuatro.
Cuando salió a la luz pública todo el hecho, los pobladores atacaron las residencias y varios comercios de la zona. El jueves todos los establecimientos amanecieron cerrados y los saqueos provocaron más de 10 detenciones. Mientras la Policía científica determinaba que las involucradas forman parte de “mujeres de ambiente” (grupo lésbico que se reunía en casa de Anney) y que se drogaban, los habitantes de Guanare acusaban al gobernador Wilmar Castro Soteldo de respaldar a los involucrados.
fuente: lapatilla.com