23/09/2014
Carlos Odín Velazco, empresario venezolano radicado en la capital del
itsmo, emprenderá acciones legales porque considera que el abogado José
Alejandro Quiodettis usó su nombre para cometer un acto ilícito. Alega
que le dieron un golpe de Estado para colocar como dueños a los
españoles dueños de Epalisticia, la otra empresa supuestamente
compradora del diario venezolano
Tamoa Calzadilla
@tamoac
El nombre de Carlos Odín Velazco Cuello
salió a la luz con la compra del diario El Universal, en julio de 2014, y
él fue el primer sosprendido. Se enteró por un tuit el 10 de julio, a
las 6 pm, y comenzó a revisar cómo se hablaba de que la empresa
Tecnobreaks INC. que fundó junto a su padre, Carlos Eduardo Velazco Mora
(6/7/2011), como la que acababa de adquirir el centenario periódico.
Velazco Cuello y su padre, oriundos de Cumaná (Sucre), crearon la
sociedad anónima en el país centroamericano con el fin de importar
partes para vehículos, porque además son propietarios de TecnoFrenos
Cumaná. Para eso, debieron cumplir con la ley panameña que obliga a
tener contrapartes nacionales y buscaron por recomendación al abogado
José Alejandro Quiodettis. De tal manera que padre e hijo Velazco tenían
49% cada uno y el restante 2% pertenecía a los socios panameños: 1% a
Quiodettis y el otro 1% a Nelson Guevara Samudio, según cuenta Velazco
Cuello y consta en documentos.
En febrero de 2014, el abogado Quiodettis
hace un documento que Velazco Cuello califica como el golpe de Estado,
pues le quita la presidencia para dársela a Eduardo Escribano López de
La Osa; y saca de la dirección y tesorería a su padre Velazco Mora para
otorgársela a José Luis Otero Basanta , aparecen también como dueños
(presidente y representante) de la compañía española Epalisticia que
finalmente ejecuta la compra de El Universal. Esta “Matrioska”
empresarial es similar a la que se constituyó para adquirir la Cadena
Capriles. Ninguna de las dos compra-ventas de medios queda clara para
nadie. Pero con la querella que introducirá Velazco en Panamá, volverá
la pregunta ¿Quién es el verdadero dueño de El Universal?
- ¿Qué fue lo primero que hizo al enterarse de que su nombre y empresa estaban involucrados?
Lo primero que hice fue llamar al señor José Alejandro Quiodetti para
que me diera explicación de lo ocurrido y nos reunimos a los dos días
aproximadamente junto a uno de mis abogados.
- ¿Usted conoce a la empresa Epalisticia y a sus socios españoles?
Según las investigaciones realizadas por periodistas y que yo
constaté por Internet, Epalisticia es una empresa fundada en el año 2013
con un capital de 3.500 euros y no creo que pudiera con ese capital
adquirir el periódico. Mi empresa tenía un capital de 10.000 dólares, el
cual ellos subieron este año a un millón sin mi consentimiento, sin mi
aprobación y mucho menos mi firma, para realizar las negociaciones, de
igual manera desconozco si tiene cuentas en otros países o acá en
Panamá. Lo que sí te puedo decir es que yo nunca le aperturé alguna
cuenta bancaria ni acá ni en el mundo. Y la relación ahorita es que mi
empresa es socia única de Epalisticia (ellos lo tendrán que informar).
En pocas palabras, en estos momentos soy el único dueño del periódico El
Universal.
- ¿Cuál es su hipótesis de lo que está pasando?
Esa es la pregunta que todo el mundo desearía que fuese respondida y
yo soy el primero, pues soy el mayor afectado. Son unos payasos que
creen que uno es un niño de 8 años. Me han nombrado, según ellos, dos
dueños o compradores que de solo verlos directamente a los ojos supe que
era una mentira y da risa que alguno de ellos este interesado en la
compra de El Universal e invertir en Venezuela. En mi opinión
necesitaban una empresa que no fuese venezolana o creada en Venezuela.
Tenía que ser en un país donde se pueda realizar muchas cosas, en este
caso Panamá, pero que el dueño sea venezolano para aplicar la ley de
1992 empleada cuando Carlos Andrés Pérez, con GacetaOficial Nº
34.930, del 25 de marzo de 1992, y Decreto Nº 2095, del 13 de febrero
de 1.992, que según el artículo 26 establece que “Quedan reservadas las
empresas nacionales los siguientes sectores de la actividad económica:
a) La televisión y la radiodifusión; los periódicos en idioma
castellano”, que solo deben ser venezolanos. Ellos trataron de usar
tres países para despistar sobre el verdadedo dueño de El Universal.
Acá en Panamá, las sociedades pueden mantener en la clandestinidad, por
seguridad, el nombre del verdadero dueño. Pensaron que yo podría ser
una persona manejable, de bajo perfil y con una empresa fundada hace
tres años y que no ha tenido ninguna actividad.
-¿Y cómo entra Quiodettis en todo esto? ¿Cómo lo conoció?
A él me lo recomendaron como abogado para registrar la empresa y yo a
su vez también lo recomendé a otros para establecerse aquí en Panamá
como empresarios. Imagínate. No sé cómo fueron las conversaciones con
Quiodettis, pero supongo que ofrecieron una buena cantidad de dinero
para utilizar la empresa, dejarme en la junta directiva y así, si algo
se ventilaba, fuese yo quien saliera a la palestra. Siendo venezolano, y
según el decreto de 1992, Tecnobreaks INC. podía ser la empresa que
adquiriera El Universal. Con mi compañía compraron otra de bajo perfil
que es Epalisticia, fundada en 2013, que figura como socio único, y con
ella directamente negocian el periódico. Cuando chequean documentos, ven
una tal Tecnobreaks, pero por España nunca consiguieron nada de ella,
ya que mi empresa fue fundada en otro país. Ellos creyeron que iba a ser
casi imposible que descubrieran de dónde eran y probablemente hasta
allí llegarían las informaciones, pero no tenían en cuenta que hay
muchos periodistas de investigación que se dieron a la tarea de
investigar y llegar a mí, e ir destapando la olla.
-¿En qué consiste la querella y contra quiénes va?
Voy a introducir en las próximas horas una demanda civil y penal en
contra de los autores materiales de la compra del periódico El
Universal, en la que estoy inmerso, ya que no he obtenido respuesta
satisfactoria por parte del abogado Alejandro Quiodettis, quien fue el
autor de la estafa realizada con mi buen nombre y utilizando de manera
ilícita y fraudulenta mi empresa. Pero también voy contra los españoles:
Eduardo Escribano López de La Osa y José Luis Otero Basanta.
-¿Por qué decide demandar? ¿Qué busca?
Busco resolver los hechos donde me involucran pero para eso primero
se necesitaba dialogar y tratar de resolver o buscar la mejor manera de
limpiar mi nombre. Alejandro me pidió el 17 de julio en una reunión a
solas los dos una oportunidad de arreglar todo, cosa que jamás realizo o
cumplió y lo que hicieron fue dar tiempo para que el tema se olvidara.
Mientras tanto, yo recuperé mis documentos originales que me faltaban.
Siempre tuve presente la demanda como punto principal para resolver mi
problema y de esta manera por medio de la investigaciones que entre
todos realicemos (periodistas, abogados y personas interesadas en
España, Panamá y de repente Venezuela) llegar a esclarecer muchas cosas;
y, por supuesto, obtener mi indemnización por los daños y perjuicios,
daños morales, psicológicos y usurpación de mi empresa para adquirir
bienes sin mi consentimiento y cualquier tipo de delito que surja como
resultado de la investigación.
-¿Qué tanto afectó esto a su familia?
Los primeros días fueron un infierno una locura, no lograba
reaccionar, estaba en shock pues la sorpresa era de magnitud gigantesca.
No dormía, sentía mucho miedo y nervio pero antes de la reunión, la
primera con Alejandro, creía que esto podría ser una equivocación y que
posiblemente era otra empresa con un nombre parecido al mío y esperaba
que eso en días se aclarara. Pero me llevé otra sorpresa cuando me dijo
que sí la vendió, que cometió un error en no informarme y que en días
esto se iba a arreglar, cosa que jamás sucedió. Me preocupaba mi familia
y el riesgo que tenían en Venezuela y mi intención era traérmelos a
Panamá lo antes posible, dejé de visitar sitios públicos por el miedo de
que la gente me reconociera y de alguna manera me tildaran de
boliburgués, testaferro y cualquier improperio muy común hoy en día por
los problemas políticos de nuestro país. Igual los recibí por las redes
sociales; y de esa forma, los verdaderos involucrados en la compra del
periódico lograron mantenerme preso en mi propia casa. Ahí se habla de
montos que yo jamás he manejado, por ejemplo.
Carlos Odín Velazco Cuello insite en que no
ha dormido; que sabe que esto le traerá consecuencias. La última vez
que vio a Quiodettis fue en el aeropuerto de Tocumén, en Ciudad de
Panamá, mientras esperaba a unos familiares. Cruzaron pocas palabras. Un
“tenemos qué hablar”. Quiodettis tiene perfil, poca actividad y fotos
en Facebook, pero no contesta a preguntas incómodas. Su celular repica y
repica y, después de varios intentos escribe que hay que esperar. Va a
hablar, promete. Pero no aún.
Esta historia continuará.
Si quiere ver el acta constitutiva de Tecnobreaks INC en julio de 2011, mire aquí.
Y si quiere ver el documento en el que los Velasco son desplazados por los españoles de Epalisticia, el 14 de febrero de 2014, mire aquí.
Vea más de este caso: Así se gestó la venta del diario venezolano El Universal