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15 julio 2009

LA BARRIDA AVANZA

Caracas. La avanzada sobre la destitución de directivos sindicales se ha materializado. En el día de ayer el Presidente de la seccional de Los Cortijos KENNEDY BOLÍVAR lo botaron alegando una presunta “reestructuración” en el día de hoy el presidente de la seccional Caracas civiles ALCIDES SÁNCHEZ también corrió la misma suerte sin que medie respeto a la LIBERTAD SINDICAL y a los convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo.

Hace algunos meses atrás advertíamos sobre la caza de sindicalistas en el poder judicial venezolano. Hoy día esa advertencia es una realidad. No saben quienes han tomado esta decisión que quienes han sido destituidos por esa reestructuración ha sido por defender derechos y justas reivindicaciones de los trabajadores judiciales venezolanos, por reclamar lo que les corresponde por derechos adquiridos. NO han sido destituidos (sin mediar procedimiento disciplinarios alguno) por hechos de CORRUPCIÓN; como esos que hemos denunciado hasta el cansancio ante el PODER MORAL. La DEM al parecer ha recibido luz verde para violar con “patente de corso” la ley.

Nunca hemos tenido miedo por la labor que desempeñamos. Cuando decidimos convertirnos en dirigentes sindicales sabíamos que la defensa de los derechos y de las justas reivindicaciones a favor de los trabajadores y que la tarea de promover cambios y transformaciones no es fácil, y que el odio y sus consecuentes manifestaciones como la envidia, la calumnia, el egoísmo, el miedo, la intolerancia, entre otras, se nos iban a colocar de frente con toda la intención de destruirnos, intentos que han sido permanentes en nuestra gestión sindical pero que siempre han fracasado.

Estos hechos que ocurrieron en el día de ayer 14 y hoy día 15 de julio es porque cuando a algún dirigente sindical se le ocurre apelar a la contraloría social (esa a la que tanto apela la actual presidenta del TSJ) dentro del organismo para que se mejore la calidad del servicio que se presta o para que sencillamente se corrijan algunos elementos que pudieran ser objeto de alguna irregularidad, arbitrariedad o injusticia nos encontramos de frente con la pared que representan quienes en determinado momento detentan la autoridad. Escuchamos frases estereotipadas “esos son escuálidos” “los está mandando el partido a hacer eso para oscurecer nuestra gestión” “tú pareces de oposición” y lo que menos se les ocurre pensar es que, en el ejercicio de la actividad sindical emanada de la soberana decisión de los trabajadores, en función de defender los sagrados intereses y derechos de los mismos, lo que se busca es mejorar el ejercicio de la función pública.

Precisamente la “contraloría social” lo que persigue es este concepto: mejorar la función pública para que a los ciudadanos tengan servicios públicos de calidad. Si se respetarán los derechos sindicales y más aún los derechos de los trabajadores que se encuentran prestando una labor para el “Estado” tendríamos un aparato estatal de altísima calidad, UN PODER JUDICIAL DE PRIMERA. Pensamos y creemos que ese es precisamente el objetivo que se persigue desde la presidencia de la República Bolivariana de Venezuela pero la acción y comportamiento de algunos funcionarios al servicio de un específico organismo del “Estado” dan al traste con ese fin. Resulta que ahora, para el denunciante, practicar la “contraloría social” es denigrar a quien se sale de la esfera de las relaciones laborales cuando con sus arbitrariedades y atropellos humillan a sus subalternos e incumplen nuestro Contrato Colectivo.

Desde sus inicios el SUONTRAJ ha sido un sindicato combativo que no se vende, ni cambia sus principios, valores e ideales por amedrentamientos al estilo de quienes ya no volverán; mucho menos intercambia esta organización sindical derechos de los trabajadores por prebendas burocráticas acordadas en conciliábulos. Los derechos de los trabajadores no se cambian como en un mercado persa. Con los derechos de los trabajadores no se hacen trueques. No vayan a creer que porque nos están persiguiendo vamos a abandonar la actividad sindical y la defensa de los derechos de los trabajadores. Están equivocados quienes piensan de esta manera. Este tipo de acciones lo que hacen es fortalecernos y nos convencen que no estábamos errados al haber escogido el representar a los trabajadores. Estamos resteados en nuestra visión: “la defensa de los derechos de los trabajadores”.