El pasado miércoles, cinco días antes de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos publicara su fallo sobre los jueces provisorios, en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se realizó una reunión entre varios magistrados, en la cual se decidió acelerar la reestructuración del Poder Judicial iniciada en marzo pasado.
"La reforma va lenta y se acordó darle impulso", afirmó uno de los asistentes, quien justificó la medida diciendo: "Hay mucha gente mal sentada en los tribunales (...) En Margarita, por ejemplo, conocimos de un juez que cobraba a los justiciables y después se iba a los casinos; obviamente que lo botamos en el acto".
Hasta el momento unos 39 jueces han sido destituidos o suspendidos sin goce de sueldo, según reportan las resoluciones publicadas por la Comisión Judicial en el sitio web del máximo juzgado.
Pero los árbitros no han sido los únicos blancos de la depuración, pues, según los sindicatos tribunalicios, unos 120 funcionarios han sido también despedidos.
Otro de los asistentes a la reunión informó que durante el encuentro se habló sobre los planes de formación de la Escuela de la Magistratura, pero indicó que no abordaron el asunto de la eventual reanudación de los concursos de oposición para acceder a los cargos de jueces.
Trascendió que a la cita del miércoles no fueron convocados los magistrados considerados como disidentes: Blanca Rosa Mármol de León (Sala de Casación Penal), Pedro Rondón Haaz (Sala Constitucional), Alfonso Valbuena (Sala Social), Antonio Ramírez Jiménez (Sala Civil) y Hadel Mostafá Paolini (Sala Político Administrativa).
