El maquillaje que hace el Gobierno a las cifras
del desempleo pretende esconder la realidad de millones de venezolanos
que no reciben un salario suficiente para vivir dignamente
Utilizando
una estética supuestamente izquierdista, el gobierno de Maduro ha
pretendido identificarse con quienes trabajan. Para ello y siguiendo a
su predecesor, usa y abusa de la iconografía asociada al ideario obrero
socialista. Sin embargo la mejor demostración de la rebeldía fashion que
lo caracteriza, son las cifras que exhibe su gestión.
El INE, en sus datos sobre la fuerza de
trabajo, reporta que para el pasado mes de abril se había producido un
aumento de la desocupación femenina, lo que significa que hay menos
mujeres recibiendo salario y protección social. Adicionalmente, el INE
informa que de la gente que trabaja en Venezuela, un 60,3% lo hace en el
sector formal de la economía, mientras un 39,7 labora en actividades
informales.
Según informó esta semana el
Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, a través de su cuenta
twitter, en cifras reales la inactividad laboral que describe el INE
afecta a 8,3 millones de personas este año, mientras el desempleo
abierto se ubica en 1.035.238 de personas. Ello significa que de
14.124.319 personas que conforman la población económicamente activa, un
92,7% estaría ocupada y el 7,3% desempleada.
Ahora bien, el término ocupación laboral
que el INE identifica, no responde a la clasificación aceptada por la
Organización Internacional del Trabajo como trabajo digno, ni coincide
con las definiciones constitucionales. Es decir, el 92,7% de la
población económicamente activa en Venezuela no percibe un salario que,
como establece el artículo 91 de la constitución, le permita vivir con
dignidad. Ocupación, para el INE, es cualquier actividad realizada, que
haya sido informada por las personas entrevistadas, durante el muestreo
denominado encuesta de hogares. Si esa actividad implica remuneración o
no, eso es otra cosa.
Resulta que de acuerdo con las
definiciones del INE, la ocupación involucra a las personas de 15 años y
más de edad, que han declarado estar trabajando “con o sin
remuneración, por lo menos una hora, durante la semana anterior a la
realización de la entrevista”. Entonces si usted trabajó una hora, la
semana pasada, usted es una persona ocupada.
Tamaña manipulación de la estadística
oficial, más allá de estar animada por la práctica del avestruz que
entierra la cabeza para no ver lo que sucede, pretende inútilmente
maquillar la realidad laboral que conocemos. La verdad es que nuestra
clase trabajadora está empobrecida y hay una abismal contracción del
aparato productivo en el área pública y en el sector privado.
Pero volviendo al INE, la gente
clasificada como ocupada y con remuneración, es el grupo de personas que
“perciben un sueldo, salario u otro tipo de ingreso o compensación en
dinero efectivo o en especie (alimentación o alojamiento) por el trabajo
realizado como empleado u obrero, trabajador por cuenta propia, patrono
o empleador”. Dicho de otra forma, si usted vive en la casa de su
empleador y el alojamiento es el pago que éste le da por su labor, usted
no está en la esclavitud, en el feudalismo o en el capitalismo salvaje,
sino en el socialismo del siglo XXI.
Hablo de ese batiburrillo de frases
tomadas de diferentes libros o manuales o creencias o interpretaciones
de ideas, que son o han sido o pudieron ser expresadas por alguien,
alguna vez y en algún lugar, que se nos ha presentado como socialismo
del siglo XXI. Me refiero a ese modo gubernamental, que es capaz de
sostener públicamente en el portal web de organismos oficiales, que
Venezuela disfruta las bondades del socialismo del siglo XXI, mientras
miles de personas son asesinadas año tras año en una guerra no declarada
y millones de seres humanos hacemos cola por comida. Hablo de un país
donde se cercenan los derechos políticos a todos los sectores opositores
a ese gobierno, y donde especialmente se persigue y descalifica a
quienes luchan genuinamente por los derechos de la gente pobre y de la
clase trabajadora.
Una izquierda fashion y no un gobierno obrero es lo que manda hoy en Venezuela.