Búsqueda personalizada

28 junio 2016

Cifras del falso gobierno obrero



Protesta de trabajadores





El maquillaje que hace el Gobierno a las cifras del desempleo pretende esconder la realidad de millones de venezolanos que no reciben un salario suficiente para vivir dignamente

Utilizando una estética supuestamente izquierdista, el gobierno de Maduro ha pretendido identificarse con quienes trabajan. Para ello y siguiendo a su predecesor, usa y abusa de la iconografía asociada al ideario obrero socialista. Sin embargo la mejor demostración de la rebeldía fashion que lo caracteriza, son las cifras que exhibe su gestión.


El INE, en sus datos sobre la fuerza de trabajo, reporta que para el pasado mes de abril se había producido un aumento de la desocupación femenina, lo que significa que hay menos mujeres recibiendo salario y protección social. Adicionalmente, el INE informa que de la gente que trabaja en Venezuela, un 60,3% lo hace en el sector formal de la economía, mientras un 39,7 labora en actividades informales.


Según informó esta semana el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, a través de su cuenta twitter, en cifras reales la inactividad laboral que describe el INE afecta a 8,3 millones de personas este año, mientras el desempleo abierto se ubica en 1.035.238 de personas. Ello significa que de 14.124.319 personas que conforman la población económicamente activa, un 92,7% estaría ocupada y el 7,3% desempleada.


Ahora bien, el término ocupación laboral que el INE identifica, no responde a la clasificación aceptada por la Organización Internacional del Trabajo como trabajo digno, ni coincide con las definiciones constitucionales. Es decir, el 92,7% de la población económicamente activa en Venezuela no percibe un salario que, como establece el artículo 91 de la constitución, le permita vivir con dignidad. Ocupación, para el INE, es cualquier actividad realizada, que haya sido  informada por las personas entrevistadas, durante el muestreo denominado encuesta de hogares. Si esa actividad implica remuneración o no, eso es otra cosa.


Resulta que de acuerdo con las definiciones del INE, la ocupación involucra a las personas de 15 años y más de edad, que han declarado estar trabajando “con o sin remuneración, por lo menos una hora, durante la semana anterior a la realización de la entrevista”. Entonces si usted trabajó una hora, la semana pasada, usted es una persona ocupada.


Tamaña manipulación de la estadística oficial, más allá de estar animada por la práctica del avestruz que entierra la cabeza para no ver lo que sucede, pretende inútilmente maquillar la realidad laboral que conocemos. La verdad es que nuestra clase trabajadora está empobrecida y hay una abismal contracción del aparato productivo en el área pública y en el sector privado.


Pero volviendo al INE, la gente clasificada como ocupada y con remuneración, es el grupo de personas que “perciben un sueldo, salario u otro tipo de ingreso o compensación en dinero efectivo o en especie (alimentación o alojamiento) por el trabajo realizado como empleado u obrero, trabajador por cuenta propia, patrono o empleador”. Dicho de otra forma, si usted vive en la casa de su empleador y el alojamiento es el pago que éste le da por su labor, usted no está en la esclavitud, en el feudalismo o en el capitalismo salvaje, sino en el socialismo del siglo XXI.


Hablo de ese batiburrillo de frases tomadas de diferentes libros o manuales o creencias o interpretaciones de ideas, que son o han sido o pudieron ser expresadas por alguien, alguna vez y en algún lugar, que se nos ha presentado como socialismo del siglo XXI. Me refiero a ese modo gubernamental, que es capaz de sostener públicamente en el portal web de organismos oficiales, que Venezuela disfruta las bondades del socialismo del siglo XXI, mientras miles de personas son asesinadas año tras año en una guerra no declarada y millones de seres humanos hacemos cola por comida. Hablo de un país donde se cercenan los derechos políticos a todos los sectores opositores a ese gobierno, y donde especialmente se persigue y descalifica a quienes luchan genuinamente por los derechos de la gente pobre y de la clase trabajadora.


Una izquierda fashion y no un gobierno obrero es lo que manda hoy en Venezuela.