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19 septiembre 2013

El “Mocho Edwin”: un pram en busca de “poder, respeto y sumisión”

Publicado el 19 de sep de 2013 4:00 am 
  
Foto: Diario La Verdad

(Caracas, 19 de septiembre. Noticias24) – Autoproclamado como el “Gran Pram” del área de máxima seguridad de la cárcel Nacional de Maracaibo, Edwin Ramón Soto Nava, alias el “Mocho Edwin”, es el presunto el culpable de la reciente masacre ocurrida en el recinto penitenciario.

En un investigación realizada por el diario La Verdad, el sociólogo y cura, Alejandro Moreno, afirma que “Soto busca poder, respeto y la sumisión de quién mira. Lo mismo le da desprenderle órganos a un cadáver que reconocer ante los medios que acabó con un pabellón a través de la sangre”.

Los analistas sospechan, sin querer referirse mucho a ello, que el pram está más apoyado por funcionarios del Gobierno que cualquier otra cosa. “Vemos que este señor tiene una excesiva confianza de él mismo cuando trata de retar o enfrentar a los miembros del Gobierno”.

Por su parte, Luis Terán, padre de uno de los reclusos, asegura que Soto “hace labor social, nos ofrece seguridad y resguarda a nuestros presos. Nos ayuda hasta económicamente cuando nos ve apurados”.

Lea a continuación la investigación completa:
El “Mocho Edwin” se hace llamar el Gran Pram pero tiene las mismas características de un delincuente común que irrespeta todas las leyes de la sociedad. Ya tiene suficiente dinero y muy pocos seres a quien querer, así que su principal ambición es el poder y demostrarlo. Es un preso del protagonismo y se refugia en los medios de comunicación y los aduladores callejeros para aumentar su ego.

El sociólogo y cura Alejandro Moreno, desde Caracas, no da muchas vueltas a la personalidad de este pram y se concentra en los mismos aspectos que presenta cualquier malandro callejero: Edwin Soto busca poder, respeto, la sumisión de quién mira. Lo mismo le da desprenderle órganos a un cadáver que reconocer ante los medios que acabó con un pabellón a través de la sangre. El resultado, de mayor o menor magnitud, es transmitir miedo. Es el que manda o, al menos, quiere sentirse seguro de ello.

El “Yo” de Edwin Soto creció este año. En el mundo delictivo de Maracaibo es conocido desde que desvalijó carros blindado, emuló la conducta del Guasón y secuestró a una mujer, pero desde que es el líder de Penal su egolatría es alimentada por hombres sumisos y con poca educación y personalidad, que ven en el portador de un cañón corto la grandeza que para ellos no tiene un escritor o un científico. El “Mocho Edwin”, como lo apodaron desde que perdió varios dedos de sus manos mientras limpiaba granadas a un pram, se refugia en la adulación y muchas veces la busca, sin usar la intimidación, a través del dinero.

El ejemplo es que ayer, mientras él estaba rodeado de un grupo de mujeres con varios días sin bañarse y vestidas con andrajos, levantaba el brazo desde el techo vestido con una franela blanca y con unos lentes oscuros. Mostró así que no solo controla a los reclusos sino a un sector grande de la población marabina. Abajo, cientos de mujeres tenían globos blancos con letras que decían: “Estamos con el “Mocho”, y gritaron consignas políticas en las que sustituían el apellido del expresidente Hugo Chávez por el apodo del autoproclamado Gran Pram: Uh ah, el “Mocho” no se va.

O Soto tiene poder de convencimiento o sus seguidores son débiles de mente que se dejan convencer con poca inteligencia, esa es la diatriba de los sicólogos al analizar a sus seguidores. Lo cierto es que, para bien o para mal, el “Mocho Edwin” mueve tanta gente como podría hacerlo un político, y con las mismas estrategias. Los analistas sospechan, sin querer referirse mucho a ello, que el pram está más apoyado por funcionarios del Gobierno que cualquier otra cosa. “Vemos que este señor tiene una excesiva confianza de él mismo cuando trata de retar o enfrentar a los miembros del Gobierno”.

“Hacen labor social, nos ofrece seguridad y resguarda a nuestros presos. Nos ayuda hasta económicamente cuando nos ve apurados”.

Luis Terán. Padre de uno de los reclusos.

Personalidad negativa

- Adquirió respeto con el número de muertos.
- Es frío, desinhibido y sin control.
- Ve el crimen como una hazaña.
- Acabar con otros no le genera culpa.
- Su conducta es extralimitada.
- Sus acciones retan a la muerte.
- Ostenta y disfruta del lujo sin trabajar.
- Le gusta vestirse con ropa de marca y vistosa.
Por Redacción Sucesos / Diario La Verdad