ISAÍAS ELÍAS BLANCO
| EL UNIVERSAL
lunes 1 de julio de 2013 12:00 AM
Los recientes desafíos
tecnológicos del nuevo mercado laboral globalizado e interconectado
elevan los estándares de desempeño profesional que debe tomar en cuenta
un emprendedor cuando establece alianzas para impulsar un proyecto.
En la actualidad es clave entender que la turbulencia laboral y financiera puede ser apreciada como una lucha por la supervivencia de la sociedad moderna, en la que los individuos que se tomaron en serio su formación, aprendieron dos o más idiomas, acoplaron ideas a la revolución digital y pensaron en largo plazo son quienes eluden la crisis económica y salen adelante con sus propias iniciativas sin depender de las bolsas de trabajo, ayudas del Estado, programas gubernamentales, burocracia o concursos de cargos.
Precisamente esa innovación tecnológica combinada con la explosión interactiva de los smartphones que multiplicó la tasa de emprendimiento en el mundo constituyó un importante catalizador que estimuló los deseos de trabajo por cuenta propia en las nuevas generaciones de entusiastas en todo el continente americano.
Y es que esos emprendedores que creyeron en sus ideas y levantaron novedosas Start-ups durante los últimos años son los que comparten con los medios electrónicos que el secreto de su éxito radicó en la adecuada selección del personal que iba a desempeñar una función, porque cada cargo debía responder a un perfil operativo capaz de resolver problemas por sí mismo, ser autónomo en decisiones estructurales, atender los plazos, cumplir con puntualidad y aportar ideas innovadoras al proyecto global; ya que se tenía fijado que si el proyecto superaba con éxito los dos años de vida todo marcharía satisfactoriamente.
Waze, Snapchat e Instagram entre otros cientos ilustran claros ejemplos de lo que se puede alcanzar cuando un sólido grupo de profesionales logran alinearse en torno a objetivos empresariales claros y definidos, que también es denominado por expertos del marketing como una "exitosa cultura organizacional capaz de inspirar a los trabajadores a dar lo mejor de sí durante cada jornada".
Asesores financieros al servicio de jóvenes emprendedores alemanes reiteran con firmeza: "No trabajes con ineptos e incompetentes cuando tengas pensado arrancar tu propio negocio ya que representarán un obstáculo en la persecución de objetivos a muy corto plazo". Y por otra parte mentores japoneses aconsejan a las nuevas generaciones que cuando se tiene un proyecto con grandes aspiraciones "el líder de la iniciativa debe asociarse con individuos que impulsen su idea, por lo que necesita aplacar sentimientos de culpa/remordimiento al dejar atrás a familiares/amigos que no estén alineados con la línea operativa".
En Venezuela al igual que en el resto de Latinoamérica se debe despertar la conciencia del progreso para desmontar las prácticas del amiguismo, empleo por recomendación, cargos por línea de pensamiento político e impulsar la meritocracia ciudadana, en la que los más preparados y capaces son quienes gobiernan, dirigen e impulsan el desarrollo de la sociedad.
En la actualidad es clave entender que la turbulencia laboral y financiera puede ser apreciada como una lucha por la supervivencia de la sociedad moderna, en la que los individuos que se tomaron en serio su formación, aprendieron dos o más idiomas, acoplaron ideas a la revolución digital y pensaron en largo plazo son quienes eluden la crisis económica y salen adelante con sus propias iniciativas sin depender de las bolsas de trabajo, ayudas del Estado, programas gubernamentales, burocracia o concursos de cargos.
Precisamente esa innovación tecnológica combinada con la explosión interactiva de los smartphones que multiplicó la tasa de emprendimiento en el mundo constituyó un importante catalizador que estimuló los deseos de trabajo por cuenta propia en las nuevas generaciones de entusiastas en todo el continente americano.
Y es que esos emprendedores que creyeron en sus ideas y levantaron novedosas Start-ups durante los últimos años son los que comparten con los medios electrónicos que el secreto de su éxito radicó en la adecuada selección del personal que iba a desempeñar una función, porque cada cargo debía responder a un perfil operativo capaz de resolver problemas por sí mismo, ser autónomo en decisiones estructurales, atender los plazos, cumplir con puntualidad y aportar ideas innovadoras al proyecto global; ya que se tenía fijado que si el proyecto superaba con éxito los dos años de vida todo marcharía satisfactoriamente.
Waze, Snapchat e Instagram entre otros cientos ilustran claros ejemplos de lo que se puede alcanzar cuando un sólido grupo de profesionales logran alinearse en torno a objetivos empresariales claros y definidos, que también es denominado por expertos del marketing como una "exitosa cultura organizacional capaz de inspirar a los trabajadores a dar lo mejor de sí durante cada jornada".
Asesores financieros al servicio de jóvenes emprendedores alemanes reiteran con firmeza: "No trabajes con ineptos e incompetentes cuando tengas pensado arrancar tu propio negocio ya que representarán un obstáculo en la persecución de objetivos a muy corto plazo". Y por otra parte mentores japoneses aconsejan a las nuevas generaciones que cuando se tiene un proyecto con grandes aspiraciones "el líder de la iniciativa debe asociarse con individuos que impulsen su idea, por lo que necesita aplacar sentimientos de culpa/remordimiento al dejar atrás a familiares/amigos que no estén alineados con la línea operativa".
En Venezuela al igual que en el resto de Latinoamérica se debe despertar la conciencia del progreso para desmontar las prácticas del amiguismo, empleo por recomendación, cargos por línea de pensamiento político e impulsar la meritocracia ciudadana, en la que los más preparados y capaces son quienes gobiernan, dirigen e impulsan el desarrollo de la sociedad.
@isaiaselias
