Sábado, 04 de Mayo de 2013
Dirigentes proponen la despartidización en las relaciones laborales, transparencia, respeto a la meritocracia e inversión como claves de la recuperación productiva.
Nuevas designaciones en Sidor, Ferrominera Orinoco y Venalum no fueron publicadas en Gaceta este viernes. Foto Wilmer González/Archivo
Clavel A. Rangel Jiménez
José Luis Hernández, presidente de Sutiss: “Hay que arrancar de raíz el modelo capitalista que todavía hay en la empresa, que el proceso aguas abajo no se estaba materializando. Hay que canalizar por la vía del valor agregado, para que estos profesionales se queden dentro de Sidor”.
Alfredo Spooner, dirigente del Movimiento 21 en FMO: “No podemos seguir teniendo empresas que tienen ocho mil trabajadores pero que no tienen productividad, eso es en este proceso, no le podemos echar la culpa a otro”.
Emilio Campos, secretario general de Sutracarbonorca: “Si ellos no cambian ese modelo, si siguen utilizando las empresas como instrumento político, su tendencia es al fracaso. Ninguna de las políticas hasta ahora les ha funcionado porque no ha salido de las bases”.
Leonardo Calderón, director laboral de CVG Venalum: “El problema no es que cambiemos a los presidentes por civiles o por militares, es que si no cambian el modelo, que si siguen profundizando esto, si no buscan a profesionales que conozcan esto, sencillamente serán igual de fracasados”.
Henry Arias, secretario general de Sintralcasa: “Cuente con el apoyo de ese sindicato (a Ángel Marcano), no obstante yo quiero advertir que esas empresas siguen arruinadas. Que no sea un pañito de agua caliente, las cosas cambian si se deciden a dar inversiones a esas empresas”.
Joel Alcalá, secretario general de Sutralúmina: “Hay un plan patria ya realizado a lo que hay que hacer seguimiento, estamos convencidos que este es el camino, socialista, con estas designaciones que servirán para enrumbar”.
La nueva correlación de fuerzas en la cadena de producción del hierro y aluminio abre un nuevo ciclo en los ensayos del gobierno en Guayana.
Para la dirigencia de la Central Bolivariana de Trabajadores Socialistas estos cambios obedecen a la necesidad de rectificar, pero en la disidencia hay recelo y la creencia de que se trata de otro intento de refrescar la imagen del Ejecutivo en la región, muy maltrecha a juzgar por los resultados de las presidenciales del 14-A.
El fortalecimiento del poder militar en las empresas básicas, con la designación de tres generales en fábricas estratégicas, le hace pensar al secretario general del Sindicato de Trabajadores de Carbonorca (Sutracarbonorca), Emilio Campos, que el Plan Guayana Socialista quedó en el pasado.
Lo que viene, asegura, es menor participación de los trabajadores en la gestión. “Yo no creo que estos militares vengan con el plan de mesas de trabajo”, dijo el dirigente en una rueda de prensa desde el Colegio de Ingenieros.
Lo que sí les queda claro, es que hay un reconocimiento del fracaso de los ensayos y la necesidad de hacer un cambio.
A simple vista, el secretario de organización de Sutralúmina, José Luis Morocoima, no ve intentos por revertir lo que ha sido la política de conducción de las fábricas: partidización, poca transparencia, desdeño del talento técnico y presencia de paracaidistas.
Todas éstas son aspectos que, considera, deben revertirse para lograr algún éxito en la recuperación del parque industrial de Guayana.
Si nada de esto cambia, resalta el director laboral de CVG Venalum, Leonardo Calderón, está seguro que al cabo de un año el ciclo de cambio de presidentes se repetirá.
Y no es predicción, sino una constante y característica de lo que fue el gobierno de Hugo Chávez: la alta rotación de gerentes por la administración de la industria. Sólo en la Corporación Venezolana de Guayana, han pasado 11 presidentes en 14 años.
Repartición de poder
De hecho la designación de los militares, que parecieran contar con la venia del presidente del parlamento, Diosdado Cabello, es para Calderón una complacencia al poder militar de parte de Maduro.
En parte -cree- tiene que ver con la poca gobernabilidad de los primeros días de gestión y algún tipo de cobranza por parte del Alto Mando Militar. Aún así, no tiene dudas que con civiles o militares, si no se cambia la perspectiva sobre las estatales, el fracaso será el mismo.
No deja de llamar la atención, sin embargo, la repartición de cargos. La inclinación de la balanza a un sector del gobierno deslindado del gobernador Francisco Rangel Gómez, pero la oportunidad de que éste dirija las micromisiones y la potestad de que se coloquen trabajadores al frente de este nuevo proyecto.
No ha sido poco el ruido en Ferrominera Orinoco, la única empresa donde un grupo de trabajadores -defensores del presidente saliente Radwan Sabbagh- han intentado paralizar la fábrica para rechazar la destitución de quien ha presidido la más importante empresa del sector por más de seis años.
Restar beneficios
En lo sucesivo, destaca Emilio Campos, todas las cuotas de poderes quedarán equilibradas en las micromisiones con la colocación de trabajadores que -de seguro- obedecerán al partido de gobierno.
El director laboral de Venalum advirtió de la existencia de esas misiones obreras que, en su opinión, tienen el objetivo de terminar de mutilar las convenciones colectivas.
“Esa es la profundización del socialismo, erradicar todo lo que medio huela a capitalismo”, dijo el dirigente.
Por eso alertó que las micromisiones de salud, vivienda y educación podrían terminar por sustituir los beneficios contemplados en los contratos, conquistas de los trabajadores ante el deterioro del aparato público.
Por la organización
Enfrentar todo esto, sin embargo, sólo será posible si los trabajadores se organizan. Para ello el secretario general del Sindicato de Trabajadores de CVG Alcasa, Henry Arias, propone crear la federación de trabajadores del aluminio y la discusión de un contrato único.
El alcasiano se colocó a la orden de Ángel Marcano, presidente de Alcasa y nuevo responsable de la Corporación del Aluminio, quien considera que sólo podrá tener una buena gestión si el gobierno le entrega dólares, y se comienzan a desarrollar los planes de inversión.
Quiso subrayar que, pese a todos los anuncios, las empresas siguen estando arruinadas.
“Las cosas cambian si se deciden a dar inversiones a esas empresas”, dijo al señalar que sólo en Alcasa se deben en pasivos laborales 2.500 millones de bolívares.
Sobre la federación, Arias hizo hincapié en la necesidad de que el movimiento sindical esté articulado. “Ya no podemos estar dando acciones por separado, estamos discutiendo todos los sindicatos, las contrataciones colectivas, que acordemos de inmediato un aumento de salario pero de verdad, un aumento que satisfaga a los trabajadores y que vayamos todos pensando en un contrato único”.
En la acera de la dirigencia oficial no hubo pronunciamiento este viernes; más para los dirigentes sindicales consultados, como Joel Alcalá y Alfredo Spooner, hay la convicción y la confianza en que este nuevo programa dará como resultado la recuperación operativa de las fábricas.
