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12 abril 2013

El Estado está ausente de los barrios

Metrocable de Mariche / Ernesto Morgado
Si bien el Gobierno desarrolló planes para atender los sectores marginales, no hay una política que permita integrarlos a la ciudad / Ernesto Morgado
Si bien el Gobierno desarrolló planes para atender los sectores marginales, no hay una política que permita integrarlos a la ciudad. Inseguridad y falta de servicios públicos continúan como los principales problemas
  •   12 de abril 2013 - 12:01 am
Aunque Víctor Martínez vive dentro de las fronteras del área metropolitana de Caracas, su acercamiento a la capital supone una larga travesía. La casa de Martínez, en Fila de Mariches, está más cerca del cielo que de Palo Verde, en Petare. Con la inauguración del Metrocable las distancias se acortaron, pero aún tiene fresco el recuerdo de las seis horas que podía tomarle llegar de su vivienda a la estación del Metro más cercana.
Otros problemas siguen allí. El agua es ahora el principal. “No tenemos aguas blancas”, dice. Pagan 15 bolívares al camión cisterna para llenar los pipotes. Con las aguas negras asegura no tener problemas porque la comunidad se asoció y contrató a un particular para que instalara las tuberías. Cada familia aportó entre 1.000 y 2.000 bolívares.
La experiencia de Martínez y de las más de 15 millones de personas que residen en barrios en Venezuela obedece a la falta de una visión ordenada, integrada y planificada por parte del Estado que afronte el problema, señalan los expertos. “No está garantizada la función del Gobierno en el barrio. A veces el Estado ni siquiera existe en esas zonas, y es por eso que nos encontramos con que determinados sectores están tomados por bandas delictivas”, aseguró Leopoldo Provenzali, primer secretario de Planificación Urbana que tuvo la Alcaldía Metropolitana en 2001.
Si bien el Gobierno ha adelantado planes que ponen el énfasis en la atención de esos sectores, como Barrio Adentro, Misión Madres del Barrio, el Plan Barrio Nuevo Barrio Tricolor y las misiones educativas, en realidad no hay una solución al problema de fondo, que implicaría la integración real de la comunidad a la ciudad. “No se puede afrontar el problema sin considerar las áreas de riesgo, los problemas de infraestructura, vialidad, accesibilidad, educación y salud, que son los pilares de una política pública de inclusión. Las misiones no están integradas, y si analizamos el asunto de Barrio Adentro, nos encontramos con que se instalan módulos en el barrio, pero su localización no responde a una estrategia planificada”, agregó.

Gigantes desnudos. Las misiones ni siquiera han llegado a todos los barrios. María Romero ha vivido en el sector Las Tapias, en Mariches, durante 12 años. “Aquí falta de todo”, asegura; pero lo que más le preocupa es la carencia de áreas públicas, parques o canchas deportivas para que los niños ocupen su tiempo. En la entrada de su casa tiene colgados un par de afiches. Uno del fallecido Hugo Chávez y otro de Nicolás Maduro. Sin embargo, al sector no ha llegado ningún programa social. “No hay Barrio Adentro ni misiones. Tampoco consejo comunal porque hubo problemas para registrarlo. Votamos porque somos ciudadanos, pero nos prometen y nunca nos traen nada”, se quejó.
En otros casos se trata de obras muy visibles, como el Metrocable o la Misión Vivienda, que no dejan de ser intervenciones puntuales.
“En los barrios nos encontramos todavía con falta de servicios, insalubridad y botaderos de basura a cielo abierto. Es necesario desarrollar viviendas, cloacas e infraestructura de servicios y educar a la población. Hay que hacer ciudad e incorporar el barrio a la ciudad, porque estos sectores están en iguales o peores condiciones de las que se encontraban hace 14 años”, opina Mary Gloria Olivo, directora general de la asociación civil Fomento del Desarrollo Popular.
Josefina Baldó y Federico Villanueva elaboraron el proyecto Política de Habilitación Física de Barrios, con el que cuantificaron las necesidades de cada barrio del país e intervinieron 300 zonas de barrio, beneficiando directa e indirectamente a 2,5 millones de ciudadanos. “Una comunidad debe mejorar integralmente, no con migajas o remiendos. Los barrios no van a desaparecer, hay que urbanizarlos y para eso es necesaria una política nacional de vivienda en la que estén involucrados todos los agentes, el Gobierno en todos sus ámbitos, ONG, el sector privado y profesionales de distintas áreas”, subrayó Baldó, ex presidenta del Consejo Nacional de la Vivienda. El plan estaba diseñado para ser completado en 15 años. De haber continuado, habrían sido intervenidos todos los barrios del país, pero se registraron diferencias de criterios con el presidente Hugo Chávez.

Otras iniciativas
En la década de los sesenta se creó la Unidad de Diseño en Avance en el Banco Obrero, para proponer innovaciones en el diseño y construcción de viviendas. También se formó el Programa Nacional de Vivienda Rural, dependiente del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, la Fundación para el Desarrollo de la Comunidad y Fomento Municipal, adscrita al Ministerio de Obras Públicas, y la Comisión para el Desarrollo Urbano y la Vivienda.
En los setenta se origina el Instituto Nacional de la Vivienda y el Fondo Nacional de Desarrollo Urbano.
En los ochenta se dicta la Ley de Ordenación del Territorio y la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística.
Entre 1992 y 1998 se hacen los primeros estudios territoriales sobre la ordenación de los barrios, en la Dirección General Sectorial de Ordenamiento Urbano del Ministerio del Desarrollo Urbano.
La Alcaldía de Chacao ha invertido en instalaciones como el Gimnasio Vertical, replicado en Baruta y en Sucre; en ese municipio desarrollan el proyecto de acupuntura urbana para incorporar áreas públicas en sectores populares.
Grupos independientes, como Fudep y Arqui5, también han llevado programas a los barrios para mejorar su calidad de vida.

Las Cifras
51% de la población nacional habita en barrios. El porcentaje es similar al que se tenía en 2000.

3.650 es el número de barrios que hay en todo el país.

13% de los habitantes de los barrios está en riesgo medio alto. Entre 5 y 6% se encuentra en el alto riesgo.
300 barrios fueron intervenidos con la Política de Habilitación Física de Barrios, entre los años 1999, 2000 y 2005.