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10 febrero 2013

"Si Chávez muere"...

FERNANDO OCHOA ANTICH |  EL UNIVERSAL

domingo 10 de febrero de 2013  12:00 AM

varias semanas escribiendo sobre la crisis que enfrenta Venezuela. Sus análisis parten de una realidad que definitivamente no quieren ver los venezolanos: Hugo Chávez difícilmente podrá volver a desempeñar sus funciones presidenciales. Es tal el misterio que rodea su real estado de salud que en Venezuela y en la América Latina circulan todo tipo de rumores, que van desde una recuperación milagrosa que le permitiría llegar caminando a Maiquetía hasta aquellos que, con razón, empiezan a dudar si realmente se encuentra con vida. Su último artículo, que lo tituló igual que yo, es un descarnado análisis de la grave situación económica que enfrentará Venezuela después de la muerte de Hugo Chávez.

No voy a referirme a sus argumentos, ya que los comparto plenamente. Voy aprovechar el mismo título para analizar la maniobra política de los herederos de Hugo Chávez. Lo primero a resaltar es su objetivo: preservar el poder a cualquier costo. No importa que para lograrlo tengan que irrespetar, como lo han hecho, la Constitución Nacional o violar, de manera vergonzosa, todos los principios morales. Es tal su desespero, ante la realidad de lo que significa la desaparición de la figura carismática de Hugo Chávez, que  buscan ganar tiempo de cualquier manera, ya que conocen de antemano, así lo señalan todas las encuestas, que ninguno de los posibles candidatos chavistas tiene actualmente la más mínima oportunidad de derrotar a Henrique Capriles.

La estrategia diseñada por los asesores políticos del chavismo, tiene tres líneas de acción: la primera, lograr transformar la imagen de Hugo Chávez en una figura mítica que haga que el chavismo vote por cualquier candidato. Esa es la razón de ser de la excelente cuña publicitaria: "Chávez soy yo", con la que han sobrecargado a los medios de comunicación. No soy experto en publicidad, pero conozco bien a los venezolanos. No creo que voten por un candidato sólo porque Chávez así lo indicó, aunque éste busque por todos los medios imitarlo en sus gestos y frases. Olvidan la sentencia de Marx: "los hechos históricos se repiten, una vez como tragedia y otra como farsa". Tratar de copiar el carisma de Chávez, como busca hacerlo Maduro, puede terminar en una payasada.

La segunda línea de acción ya se realizó exitosamente: violar flagrantemente la Constitución Nacional para lograr que Nicolás Maduro se encargara del Poder Ejecutivo, evitar declarar la ausencia temporal de Hugo Chávez,  por no haberse presentado al acto de juramentación para un nuevo período presidencial, con la tesis absurda de la continuidad administrativa y lograr, además, que el Tribunal Supremo de Justicia le concediera  un permiso indefinido para continuar su tratamiento en Cuba. Esta segunda línea de acción le ha permitido a Nicolás Maduro mantener una importante figuración nacional e internacional que busca construirle la imagen, que no tiene, de líder supremo de la Revolución Bolivariana. Hasta este momento, ese gran esfuerzo parece no haber tenido éxito.

La tercera y cuarta línea de acción están en plena ejecución. La tercera tiene por objetivo destruir moralmente a Henrique Capriles y a Primero Justicia. Las denuncias en la Asamblea Nacional contra los diputados Richard Mardo y Gustavo Marcano así lo indican. Utilizar la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional  y a  la Fiscalía General de la República para ese fin no sólo es inmoral sino que muestra claramente que la supuesta lucha contra la corrupción es hipócrita ya que nunca se han investigado los grandes escándalos que han rodeado a la administración pública durante estos años. Podrán detener a los diputados, pero los venezolanos percibimos perfectamente que lo que se busca es destruir las posibilidades electorales de Henrique Capriles.

La cuarta línea de acción busca terminar de destruir los valores institucionales de la Fuerza Armada Nacional. Ese fue el objetivo del acto en el Museo Militar en la inaceptable y dolorosa conmemoración del 4 de febrero. La camarilla gobernante conoce perfectamente que es imposible prolongar, por demasiado tiempo,  la crisis política que vive Venezuela, ante la manifiesta y permanente ausencia de Hugo Chávez, sin que se inquieten los cuadros militares. Así lo indica nuestra historia... Sin legitimidad electoral y sin un verdadero liderazgo será imposible preservar la estabilidad nacional. Los signos están a la vista. Son demasiado los problemas que están a punto de estallar ante la incertidumbre que enfrenta nuestra sociedad. La única alternativa política es convocar de inmediato a elecciones. En caso de no hacerse, se abriría una profunda crisis política...

fochoaantich@gmail.com