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12 febrero 2010

SECRETOS DE TRIBUNALES

MARIANO MEJIAS

informe.marianomejias@gmail.com

Justicia bolivariana. No amiga y amigo lector, no es un error. Lo de “bolivariana”, así en “b” pequeña. Y es que tal pequeñez fue lo que se percibió en la llamada Apertura del Año Judicial que se celebró el miércoles 10 de febrero pasado en el Tribunal Supremo de Justicia. Y es que tras 3 años de inasistencia del presidente Chávez a tan protocolar acto de inicio de lo judicial en el país, el de este año significó un cúmulo de paradojas, bajezas, equivocaciones, pero sobre todo, la entrega y sumisión total del Poder Judicial venezolano a los designios del ex propiante Comandante. Lo que faltó fue una transmisión en vivo desde Dos Pilitas, con el Comandante al lado de la presidenta Morales, con los vitrales del “Máximo Tribunal” (¿¿¿¿????) como fondo, y que éste dijera: “Exprópienlo”. Pero ya para qué, preguntaran los sarcásticos, si la “Utilidad Pública” de tal Tribunal se limita al famoso juego del Monopolio Judicial que regalaron a los jueces.

Pero, sin más, comentemos lo acontecido en ese magno acto anual de lo judicial en el país:

En el Auditórium del TSJ se congregaron dos grupos de personas, los magistrados, los invitados protocolares (presidentes de los Poderes Públicos, embajadores, diputados, etc.) y un grueso número de “abogados” graduados en la primera promoción de la Universidad Bolivariana, en sus diferentes núcleos. Ahora bien, todo el discurso tanto de la presidenta del TSJ y de su Sala Constitucional, como el de la oradora de orden, la magistrada Evelyn Marrero, estuvo plagado de constantes referencias a esos “abogados”, como “la sangre nueva” que ingresará al Sistema de Justicia, sustituyendo a la justicia burguesa, capitalista, que ha tenido el país hasta ahora. Y es que tales referencias eran, para observar siempre por el rabito del ojo, como el asunto era apreciado no sólo por los egresados bolivarianistas, todos emboinados, sino por el Numero 1, que ante esas expresiones de beneplácitos frente a los bisoños “juristas”, aplaudía a rabiar, lo cual era secundado por las presidentas de los Poderes Públicos que allí se encontraban.

Desde esta columna no cuestionamos que la colectividad, los humildes, el pueblo, pueda ingresar a cualquier universidad, llámese bolivariana, católica o central, y superarse. Y graduarse de abogado, de médico, de economista, en fin (por ello, la expresión del Comandante frente a lo “pata en el suelo” que fue antes uno de sus ministros, era poco feliz). Pero para poder realizar una mínima labor de eficiencia dentro del Sistema de Justicia (llámese jueces, secretarios, defensores públicos, o fiscales) el aspirante debe haber visto en una escuela de derecho, al menos, los rudimentos básicos del Derecho Procesal, del Derecho Civil, del Derecho Penal, del Derecho Administrativo. Y es que todo ello está ausente en el pénsum de dicha Universidad Bolivariana, limitándose la carrera en graduar en 4 años a bachilleres que provienen de la Misión Sucre impartiéndole un cúmulo de materias ideológicas, políticas, de entorno social (lo cual en sí mismo no pudiera ser criticable si ese es el contexto político de la universidad y de sus cursantes) pero con una ausencia supina del andamiaje jurídico exigido a cualquier abogado aquí, en Nueva York, en La Habana, en Seúl, en Teherán o en Beijín.

Se dijo en tal acto, que dichos egresados irían a estudiar en la Escuela de la Judicatura del TSJ, pero ello no es un barnizaje mínimamente adecuado, cuando constantemente los egresados de tal Escuela, en el llamado Programa de Formación Inicial (o PFI), y que eran abogados si egresados de escuelas de derecho reconocidas, nos atiborran de mensajes en nuestro e-mail, relatándonos que, en primer lugar, buena parte de los profesores que allí impartieron (salvo honrosas excepciones) no instruían más que el mismo componente ideológico-socialista; pero que, a fin de cuenta, los hasta ahora 600 graduados de tal Programa, no han sido siquiera incorporados al Sistema de Justicia, con lo cual, sería una falacia, o por lo menos una injusticia (tipo oferta engañosa) lo que se estaría haciendo con los bolivarianistas. Dicho en otras palabras: que con las enseñanzas del “Manifiesto Comunista” o el “Dass Kapital” tales abogados revolucionarios como jueces (¡Dios nos libre!) no podrán resolver un interdicto posesorio, o declarar la nulidad de un acto administrativo de efectos particulares, o resolver un sobreseimiento en un intrincado caso de estafa.

En tal apertura, los embobinados gritaban a los entogados jueces: “Aquí viene la Justicia Revolucionaria”, “Ahora llegamos los hijos de la Revolución”, “Aquí estamos los hijos de la Patria”, ante el desconcierto, terror y angustia de los jueces que han sudado la gota gorda por mantenerse con trabajo y constancia en sus cargos, después de un sin fin de concursos y exámenes. Todo ello respaldado con la presencia del tal Julio Latan, miembro de la Comisión Interventora del Colegio de Abogados de Caracas, y presidente de los abogados bolivarianos, que hacía lo suyo y se desparramaba en saludos ante quien se hallaba, para ver si se reconsideraba su exclusión para ser coordinador de la Defensa Pública Penal;

Con respecto al Discurso de Orden, de parte de la Dra. Marrero, diletando sobre el manido tema de la distinción entre Derecho y Justicia, dicha expositora no sólo tercamente, interrumpió el acto exigiendo que se le nombrara una comisión de magistrados que la acompañara antes y después de su diletancia, sino que, inconcebiblemente, dos veces traspapeló el discurso y así se detuvo, para sorpresa de hasta el propio Chávez que no tuvo más que ponerse a aplaudir para enmendar el desaguisado. Nada feliz tal discurso, rematando que la unión de Derecho con Justicia se resolvía solamente “...con el socialismo”...; con los consiguientes rabiosos aplausos de la concurrencia revolucionaria;

Por cierto que en la integración de la Sala Plena en el protocolar acto, sólo se veían a 31 magistrados, en lugar de los 32 que integran el Tribunal, con la notoria ausencia del magistrado Cabrera, que jubilado, aún no se ha designado su reemplazo. Pero, por otra parte, y esta vez como “Magistrado Emérito”, se encontraba el jubilado magistrado Iván Rincón, quien se vino para el acto desde el Vaticano, y fue tan o más saludado que hasta el propio Chávez;

En el saludo protocolar del Presidente con los 31 magistrados, ciertamente hubo bastante cercanía de éste con los magistrados: Morales, Mora, Aponte y Jaimes. Respeto con el Dr. Zerpa. Frialdad absoluta con el Dr. Dugarte. Y a pesar de las diferencias con los magistrados Mármol, Ramírez y Rondón, las conversaciones con ellos fue calida y plena de chanza sobre las jubilaciones y años en el TSJ;

El caso es que, se comentó que Águila 1, tanto fuera del acto como en el mismo, sacó cuenta con la presidenta Morales, de cuándo se le vencía el periodo a cada uno de los magistrados y de cuantas plazas de jubilados había. Pero se habló, lo peor fue la exigencia de cifra de cuantos tribunales hay en el país, con miras a ponderar una reducción de ellos como solución para paliar la crisis energética y fiscal; lo que luce contradictorio frente a la inminente incorporación de los egresados de la bolivariana. Se dice que durando tanto el acto, por encima de la 1 pm, Chávez miró las lamparas encendidas en la Sala, y le comento a la Dra. Luisa Estela, que se estaba incumpliendo con la reducción energética.

En fin, un acto bien significativo en donde lo más destacable es la lectura entre líneas de lo que allí pasó.

Revuelo en el Supremo.- Se comenta que en la Asamblea Nacional sólo se espera la inminente desincorporación del magistrado Ortiz, de la Sala de Casación Civil, por problemas con la Contraloría General (y una segura imputación fiscal), por parte del Poder Ciudadano; y la salida (¿vía renuncia?) del magistrado Dugarte, de la Constitucional (cuyo hermano, el diputado, ha caído en desgracia ante los ojos revolucionarios, por más que se desgañite en los programas matutinos de Televen, y no tendrá posición salidora en los próximos comicios parlamentarios, lo pondrán en un municipio opositor de Caracas), para iniciar el Concurso con miras al ingreso de magistrados, en cuatro plazas de la Constitucional, una en la Civil y otra en la Penal. Se comenta que, con respecto a esta última, si se jubilare la Dra. Mármol, hasta el propio Comandante quiere que esa posición se reemplace con un magistrado cercano a la oposición, para así mantener la apariencia de independencia del Máximo Tribunal, en una de las Salas más emblemáticas por lo que representa. De operarse tal jubilación, se da por descontado que un actual juez superior penal de Caracas, reemplazará a la Dra. Mármol en tales lides.

Presos parlamentarios. Es casi un hecho que variadas víctimas de la llamada justicia parcializada se lanzarán al ruedo electoral con miras a curules en la Asamblea Nacional, los nombres: María Lourdes Afiuni, Patricia y Rafael Poleo, y otros, suenan con o sin apoyo de la llamada Mesa de la Unidad o de los partidos mayoritarios. El movimiento se llamaría: “Justicia Libre”.

LAS VERDADES DE MIGUEL