Búsqueda personalizada

01 julio 2009

NYT: El ganador en Honduras es Chávez

El periodista peruano Álvaro Vargas Llosa, escribe para el New York Times el presente artículo en el cual propone su visión sobre la situación política actual de Honduras, a la vez que hace referencia a la gran influencia que tiene el presidente Hugo Chávez en la región.

En las semanas previas al golpe de estado que sacaría de su puesto como gobernante al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, éste sabía exactamente lo que estaba haciendo. Pues al tratar de imponer un cambio constitucional que le permitiese la reelección, Zelaya estaba tendiendo una trampa para los militares, en la cual estos cayeron, convirtiendo a un presidente impopular en una celebridad internacional.

Aunque el golpe de estado cuenta con el apoyo popular en Honduras, éste también le ha dado la oportunidad al Presidente Hugo Chávez para tomar una posición moralista al respecto. Los líderes del golpe, quienes trataban de prevenir que el Presidente Chávez tuviese una mayor influencia en Honduras, le podrían terminar cediendo más fuerza en la región.

El Primer Mandatario venezolano apoyó inmediatamente al Presidente Zelaya. Hasta el punto en que amenazó a Honduras con acciones militares y fue a Nicaragua, donde se estaba llevando a cabo la reunión del ALBA, la cual sirvió como la oportunidad perfecta para apoyar los esfuerzos de Zelaya.

La Organización de Estados Americanos también condenó el golpe de estado y su secretario general fue a Nicaragua donde se estableció un encuentro para discutir este punto. Por su parte, el Presidente Chávez envió un avión para que transportara a Zelaya al encuentro, además de recibirlo en el aeropuerto de Managua.

En los medios de comunicación hispanos la información que se ha manejado en los últimos dos días es que el Presidente Chávez y sus aliados están trabajando por la democracia de Honduras. La equilibrada respuesta de los Estados Unidos y el bajo perfil que han mantenido algunos de los gobiernos de los países latinoamericanos se han perdido detrás de la campaña emprendida por el Primer Mandatario venezolano.

Lo que está sucediendo actualmente en Honduras no es lo que se esperaba alcanzar con el derrocamiento del Presidente Zelaya. A la vez que todo esto ha sorprendido a aquéllos que seguían de cerca la carrera del entonces presidente hondureño. Zelaya era miembro de la oligarquía de Honduras y llegó al poder en 2006 como el líder del Partido Liberal, organización la cual era de derecha.

Sin embargo, hacia la mitad de su mandato, Zelaya tuvo una aparente epifanía ideológica y se convirtió en un admirador del Presidente Chávez. Hasta el punto de firmar un generoso acuerdo de subsidio petrolero con Venezuela y el año pasado Honduras pasó a formar parte del ALBA. Pronto el poder se le subiría a la cabeza.

Al acercarse paulatinamente las elecciones generales de noviembre, Zelaya decidió llevar a cabo un referéndum con el propósito de darle la oportunidad de ser reelecto. Esta acción violaba ciertos artículos de la Constitución que no permiten cambios para el límite del período presidencial de cuatro años por presidente. A la vez que propuso procedimientos legales para enmendar la Constitución. La corte electoral, la Corte Suprema, el Fiscal General del Estado, el Congreso y los miembros de su propio partido catalogaron a las intenciones de Zelaya como ilícitas. Luego, el domingo pasado, los militares tomaron cartas en el asunto.

La solución ideal sería que Zelaya volviese a ejercer su cargo de presidente y saliese del mismo el próximo año, cuando su sucesor fuese elegido. No obstante, es improbable que los líderes del golpe de estado se retracten. A su vez, resulta muy improbable también que si Zelaya es restituido en su puesto, éste desista de su idea de ser reelegido. Todo esto garantiza un período de mandato ilegal en Honduras y de una incesante explotación de la situación por parte del Presidente Chávez.